martes, 14 de septiembre de 2010

Skydiving

____________________________________________

FIRST JUMP CERTIFICATE

This is to certify that

has successfully completed ground and aerial training and performed a TANDEM SKYDIVE in accordance with the basic safety regulations of the United States Parachute Association.

Recognition of this achievement is hereby given this 12th day of September in the year 2010.

“When once you have tasted flight, you will always walk the earth with your eyes turned skyward; for there you have been and there you will always be”

Leonardo da Vinci (1452-1519)

GOLD COAST SKYDIVERS

I.H. BASS JR MEMORIAL AIRPORT

Lumberton, Mississippi

___________________________________________

IMG_9772

No me licenciado, ni he conseguido el trabajo de mi vida ni me he casado…pero el domingo di el salto de mi vida. Después de darle muchas vueltas, por organizar a la gente más que nada, conseguimos reunir a una panda de valientes para hacer Skydiving (paracaidismo).

Después de todo el ceremonial de explicarnos “qué hacer y qué no hacer” nos subimos a una avioneta de menos de 1 metro de diámetro y con una puerta corredera de plástico que estuvo abierta durante el viaje. Para empezar, paraos a pensar…subir 4200 metros de altura en un avioneta con la puerta abierta…¿¡desde cuándo!?, pero si no

Allí, nos subimos con nuestros respectivos instructores a nuestras espaldas. Yo al mío, James, le digo que si llegaba vivo al suelo, mi madre le invitaría encantada a una paella…y el tipo se queda la mar de feliz. Me comenta que lleva 2400 saltos y mientras observo las vistas le digo en tono sarcástico que qué trabajo más aburrido, que si no sería mejor estar en una oficina. Cada cierto tiempo, le miro el altímetro y veo que sólo llevamos 2000 metros (la mitad) y yo ya veo las cosas del tamaño que en ese momento tenían mis estimados testículos.

Llega el momento, 4200 metros. Nos levantamos como unos hermanos siameses y llega para mí uno de los momentos más alucinantes de la historia. Te pones de puntillas, al borde de un avión, a 4200 metros de altura mientras un tipo que acabas de conocer se agarra a una barra y te balancea y te das cuenta de la cruda realidad…”mierda, me voy a tirar de un avión”.

Y así es. Al segundo balanceo, de boca contra el vacio. Varias vueltas sin sentido en medio de la nada, viendo a ráfagas como se queda la avioneta por encima de ti, hasta que te enfilas y te embocas hacia el suelo a 200km/h. Gritas sin parar, de una diversión horrible, y sueltas al viento cosas que esperas lleguen a algún sitio/persona. El tipo, que ya le había dado yo también mis instrucciones en la avioneta, me hace caso y hacemos varios spins a toda velocidad, primero a izquierdas y después a derechas. Le hago gestos con las manos de que siga y el tipo alucina y se parte de risa. Me propone atravesar una nube y allá que vamos. Es una sensación increíble atravesar una nube, es una sensación refrescante ya que por unas milésimas de segundos la temperatura baja. Estas bajando a 200km por hora, pero la sensación la notas tan sólo en el cuerpo, la tierra parece seguir a la misma distancia.

Tan sólo 1 minuto de caída libre que se me pasan volando (nunca mejor dicho) y sale el (maldito) paracaídas. Empieza otra sensación…flotas, sin más. James me felicita: “¡gran salto tío!”. Me veo a más de 2000 metros de altura, miro mi cuerpo y miro la tierra, simplemente estás flotando en mitad del cielo…”estoy volando”. No paraba de repetírmelo.

James me da unos giros para que pueda ver todas las vistas 360º. La paz existe y está en el cielo (nunca mejor dicho de nuevo) pero en esta ocasión estas vivo y la estas disfrutando durante unos minutos. Mientras, James intenta hacer business conmigo, debe haber comprobado que estaba disfrutando como un enano. Me explica que con 7 saltos ya puedo saltar yo solo, aunque acompañado de 2 personas más por si ocurriera algo…mis ganas (económicas claro).

Empezamos a dirigirnos hacia la pista haciendo unas maniobras más forzadas y nos embocamos hacia el suelo. Como nos dijeron, flexiono las rodillas y levanto las piernas para evitar dejármelas en el aterrizaje, y caemos deslizando en el césped. Me desabrocha, le doy las gracias (de mi parte y de mi madre) y le abrazo. Una sonrisa en la cara que no se puede quitar lo atestigua.

Ya abajo nos abrazamos todos, simplemente de la emoción y ese abrazo es la manera de compartir ese sentimiento. Para rematar, una Coca-Cola y un hot dog en una de las cocinas más sucias que haya visto jamás dentro de una caravana que me sabe a gloria. Recibimos nuestros diplomas, “thank you so much” y un “bye bye”.

Espero haberlo contado de la mejor manera posible, he intentado recordar todo lo que sentí, aunque es imposible. Recomiendo a toda persona, a la que quiera y a la que no, que lo haga. No habéis sentido una cosa así jamás. Y como reza la cita de Leonardo da Vinci, algo de ti se queda ahí arriba para siempre.

“Life is not a journey to the grave with the intention of arriving safely in a pretty and well preserved body, but rather to skid in broadside, throughly used up, totally worn out, and proclaiming, “Wow, what a ride!!!”

4 comentarios:

Miguel Ángel dijo...

Tremendooooooooooooo
Qué guapo, Fran, qué guapooooo.
Muy buena experiencia y una entrada sensacional en el blog :D

José Lemus dijo...

vives al límite por la derecha.

Unknown dijo...

Olvidando que el que se ha tirado es mi hermano (menos mal que me he enterado después del salto, si no me hubieran comido los nervios...si, lo siento, soy una miedica para estas cosas)por lo demás, tengo que admitir que tu entrada en el blog me ha encantado hasta el punto de verme allí contigo sintiendo todas esas emociones ! Una pasada de experiencia fran!

Megan dijo...

wow!!! es todo lo que tengo que decir! :D
La entrada buenísima fran, de lo mejor que he leido tuyo, de verdad! lo has descrito tan bien que me sentía alli contigo como bien dice Ana. sigue pasandotelo asi de genial ;) xxx