martes, 7 de septiembre de 2010

Destin (Florida)

Aprovechando la festividad del “Labour Day” que se celebra el primer lunes de Septiembre, organizamos (bueno…Mónika organizó) un viaje a Destin, en la costa de Florida, junto a nuestros amigos japoneses (Naoto, Toshi, Taku, Yuta, Chihiro, Kanae, Saori, Haruka, Emiko y Aya), americanos (Cortés y Matt), franceses (Clementine y Caroline), alemana (Barbara), británico (Will) y como no, la salsa de todo sarao, los españoles (Mónika, Jose, Javi, Rufo y un servidor). Sí, 21 personas de 6 países distintos y de 3 diferentes continentes. Genial

Alquilamos 2 coches (un Pontiac Montana para mí y un Ford Expedition para Javi) y junto a los coches de Matt y Cortes salimos el viernes dirección Florida. Conducir en los States era una cosa que quería hacer durante estos 4 meses, y no era para menos. Conducir un coche americano, automático, rodar por esas carreteras que tanto hemos visto en películas y persecuciones, cruzar 2 estados (Alabama y Florida), con sus semáforos y cruces, ver coches clásicos, cruzar un puente interminable en medio del océano, ver paisajes típicos del sur, escuchando buena música y acompañado por 6 japoneses en el coche, fue toda una experiencia. Grata sorpresa los japoneses, tienen una cultura y una manera de ser bastante curiosa e interesante, bastante diferente de la nuestra (en algunos aspectos), pero lo que más me ha llamado la atención es lo extremadamente agradecidos que son. Me llevo un grandísimo y muy grato recuerdo de ellos en este viaje.

Después de 4 horas de viaje, llegamos a Destin (Florida). Destin es un sitio de playa muy popular aquí, bañado por el Golfo de México. Es famoso por la arena tan blanca de sus playas y por el color del mar, bastante tropical. Originariamente Destin fue una isla, pero por los huracanes y los cambios del nivel del mar acabó juntándose a Norte América.

El primer día como llegamos tan tarde, sólo pudimos hacer una visita a la playa y el resto de la noche la pasamos bebiendo y hablando bien en la piscina o en el jacuzzi. Ya el sábado aprovechamos el día de playa y pude bucear, una cosa que amo. Me produce una sensación increíble y algo pude ver y disfrutar. Anocheciendo pude dar un paseo con Jose por la playa y pudimos disfrutar de la puesta de sol.

Ya por la noche fuimos a una discoteca (aquí se paga al entrar pero sin copa) y he de confirmar lo que se ve por televisión y cine, aquí las mujeres ponen el culo en “auto servicio”. Tío que pasa, tío al que le ponen el culo…increíble. A la vuelta, a mi compañero Javi le paró el sheriff (del pueblo) porque una de las japos iba asomada por el techo del coche en plan “Viva las Vegas” y gracias a que iba en el coche Cortes (que es del ejercito) y aquí la gente tiene orgasmos con los defensores de su nación, se quedó en nada del asunto. A Javi aún le tiemblas las canicas...

Esa noche pude ver junto a Aya y Javi el amanecer, que nos sobrevino mientras hablábamos con el vecino de la residencia asuntos tales como costumbres del sur, recomendaciones de viaje, discutiendo el sistema sanitario que hay aquí y preguntándome si Portugal era parte de España (la ignorancia es atrevida y en ocasiones descarada).

El domingo fue un día bastante tranquilo, completamente de playa y la noche la pasamos bebiendo en las casas, al igual que el lunes que como tuvimos que salir a las 10 de la mañana pues aprovechamos bastante bien la mañana para disfrutar de las últimas horas de sol.

El lunes nos esperaba la traca final del viaje. Salimos a las 3,3 de la tarde esperando llegar antes de las 20 horas para pillar la cafetería de la universidad abierta…llegamos a las 12 de la noche. En medio de la nada (bueno en la West 98 ¬¬) el coche de Cortes, que ya nos había dado un aviso antes, decidió que disfrutáramos un par de horas más del viaje. Yo no tengo ni idea de coches, pero Jose y Javi dijeron que había gripado el motor, vamos, que adiós coche. Después de varias llamadas al seguro y como no, de tener millones de pegas para no enviar la grúa, decidimos dejar el coche allí y que se metieran en el mío y en el de Javi y que ya mañana se vería. Como no, cuando fui a arrancar mi coche, la batería se había agotado. Fue culpa mía por dejar el coche con las luces encendidas (con el fin de que se nos viera mejor y evitar accidentes) pero fueron tan sólo 10 minutos, insuficientes para que una batería normal se acabe. Pensamos que uno de los dos coches de alquiler llevaría pinzas, pues para seguir con el guión, no fue así. Con 12 horas de sueño en 3 días, 3 horas la noche anterior, la desesperación se hizo presa de mí, no me lo podía creer. Finalmente pudimos conseguir que viniera la grúa, y después de esperar 1 hora conseguimos arrancar el coche y llegar a Hattiesburg.

Sin duda alguna la experiencia aquí se disfruta mucho, pero son este tipo de viajes los que lo harán inolvidable…

4 comentarios:

Cristina dijo...

Increíble fin de semana Fran! Desde luego que no lo vas a olvidar. Qué playa más preciosa y luego, todo lo que os pasó. Me ha encantado tu entrada de blog.
Un besazo enorme.
Tu sista que te quiere, Cris.

José Lemus dijo...

Al más puro estilo Sé lo que hicisteis el último verano, o destino final jajaja!
sigue disfrutando guapo.

Anónimo dijo...

Ey Fran!!q bueno el viaje!!! q bien debio de estar!! muy metido tu en el rollito con ese bañador de flores...jaja. Y q gran momento el del sheriff! por estados unidos no hay viaje sin un sheriff del pueblo q te pare en la carretera!!Bueno espero que sigas haciendo mas entradas como estas y que nos sigas dando mucha envidia!! pasalo bien y disfrutalo!unbesitooo

Cris Quiñones

Fran dijo...

Estoy intentando planear un viaje San Francisco-Los Angeles-Las Vegas-Cañon del Colorado...eso sería un melocotonazo de miedo.

Gracias por leerme! Se os querooo!